lunes, 11 de enero de 2010

La tragedia marca a los migrantes

Christian Javier Quishpe Aguirre arribó entusiasmado el 10 de noviembre pasado a la Base de Apoyo Avanzado (FSB) de Herat (Afganistán) como parte del contingente militar español. Dos meses después, el soldado ecuatoriano retornó al aeropuerto de Zaragoza, en el que partió esa fría mañana de otoño. Llegó en un ataúd. Murió el viernes, en la base donde laboraba, arrollado por un vehículo de seis ruedas que reparaba.

La tarde del sábado último, sus camaradas, ocho militares como él, cargaron su féretro en los hombros y lo introdujeron en el avión del Ejército del Aire que lo repatrió a España.

Hubo lágrimas en las honras fúnebres presididas por el Coronel Jefe de la FSB, Manuel Fernández-Roca Teigell.

El avión con sus restos mortales aterrizó en Zaragoza en la madrugada de ayer. El dolor se instaló a pie de pista. Se escucharon lamentos de sus familiares y compañeros del Grupo Logístico de Montaña al que pertenecía desde que se enroló en las Fuerzas Armadas.

Antes de que el cuerpo sea trasladado al Instituto Anatómico Forense, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general José Julio Rodríguez Fernández, le impuso la Cruz del Mérito con el distintivo amarillo, condecoración para militares fallecidos en misión en el extranjero, no en combate.

El inmigrante nacido hace 24 años en Sangolquí, provincia de Pichincha, y con pasaporte español, murió el viernes arrollado por el vehículo militar de seis ruedas que reparaba. El BMR (acrónimo de Blindado Medio sobre Ruedas) se precipitó, lo atropelló y le ocasionó la muerte de inmediato.

Hay una investigación en marcha para esclarecer las circunstancias en las que se produjo el accidente que acabó con su vida.

Su familia comenta que dos horas antes del siniestro mantuvo la última conversación por videoconferencia con su esposa Ana Belén Crespo y su hija Yaiza, de dos años. Acordaron reencontrarse de nuevo, a primera hora de la tarde. Pero ese encuentro nunca se dio; pues el militar murió dos horas antes de la cita pactada. “Era un buen padre, un buen esposo, el mejor del mundo”, repite triste su cónyuge, tan joven como él.

En abril se cumplirán seis años desde que sus progenitores Mónica Aguirre y Diego Quishpe consiguieron reagruparlo como lo hicieron con el resto de sus cuatro hermanos. El matrimonio nunca quiso que el proyecto migratorio que emprendieron hace más de una década terminara por romper a la familia. Pero ahora el infortunio les ha quitado al cuarto de sus cinco hijos.

Hoy sus restos serán cremados. Después, según el deseo de su esposa, las cenizas serán repartidas entre su natal Ecuador y España.





Comentario:
No hay un lead, el primer párrafo no comienza por la noticia, no tiene las 5 preguntas. Hay documentación ya que se habla de cuándo entró al contingente militar de España. Existe observación, Solo hay una declaración de parte de la esposa del fallecido, lo que significa que faltarían tres más.
Lo que ocurrió si fue una tragedia, pero en realidad el migrante Christian Quishpe, sabía en lo que realmente se metía, cuando una persona entra en la armada, sabe el riesgo que está corriendo. Sin embargo el ecuatoriano llevó muy poco tiempo en el contingente militar, murió demasiado rápido, ya que su permanencia en Afganistán fue muy corta.

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